Maltrato animal en Cuba

NOTA: El texto que publico a continuación me llegó por mail como parte de una cadena establecida  entre personas que amamos a los animales y haríamos por ellos cualquier cosa. No he solicitado permiso de la autora para rebloguear su post, de modo que si ella no está de acuerdo con que yo lo reproduzca, lo despublicaré, pero mientras no se queje se queda aquí. Estoy de acuerdo en todo con Elsie Carbó, y solo quisiera añadir a sus palabras una reflexión: Tengo una idea de qué medicamentos se publicitan en el Congreso de Veterinaria. Vi algunos durante la Feria de Labiofam. Son medicamentos excelentes elaborados por científicos e investigadores cubanos altamente profesionales. Pero fueron creados para animales de rebaño, que tienen valor comercializable en el mercado interno y externo, tanto de Cuba como de los países que deseen servirse de ellos. Los perros, los gatos y los caballos mal nutridos y sin raza que los cubanos llamamos pencos, no le importan a ninguna institución del Estado cubano como no sea para recogerlos de las calles con suma crueldad y enviarlos a Zoonosis o a servir de alimento a los raquíticos animales del Zoológico nacional. ¿Por qué los excelentes laboratorios del Estado cubano no elaboran la vacuna Pentavalente para perros y hay que comprarla en el mercado negro cuando aparece, sin garantía alguna de que te estén vendiendo en su lugar un miserable frasco de agua? ¿Por qué los veterinarios cubanos no pueden hacer recetas para medicar a sus pequeños pacientes y hay que ir a rogar a los médicos de la familia para que nos «resuelvan» la medicina que necesitan nuestros perritos, gaticos, etc? Los animales sin utilidad inmediata tampoco importan a un número lamentablemente considerable de ciudadanos cubanos que los maltratan, torturan o, en el mejor de los casos, los ignoran y contemplan sus tragedias y sus muertes con indiferencia olímpica. Yo también he tropezado con esas personas, no pocas, que alegan que no ayudan a los perros porque muchos niños del mundo pasan hambre. Y yo sostengo que si realmente piensan y sienten de ese modo, entonces la solución que tienen en sus manos tales personas es dejar de ingerir alimento como muestra de solidaridad con los niños hambrientos del planeta, o enviar su comida personal a los niños desnutridos del mundo, o enrolarse en alguna ONG internacional para ir junto a esos niños a compartir su miseria, o viajar al Medio Oriente para salvar de la decapitación a los niños víctimas del Estado Islámico y de las otras muchas guerras que asolan esa región. Quiero ver cuántas de esas personas tan condolidas por la miseria de los niños del mundo se suicidarían como el fotógrafo que captó la imagen del niño africano agonizando de hambre a punto de ser devorado por un buitre que lo asecha a pocos pasos. Que tales personas tengan, al menos, la decencia de guardar silencio cuando otras personas acuden en socorro de un animalito indefenso que no tiene quien lo represente, defienda ni cuide de él. Cualquier otra conducta es sencillamente farisaica y bochornosa. Sí, los Congresos de Veterinaria son para promover mercados. La ayuda real, inmediata, la protección, la educación de la población para que sea menos cruel…, ya eso es harina de otro costal. Un costal que no carga el Estado. El Estado pone a una doctora en la televisión a decir que los perros trasmiten las giardias a los humanos. Debe ser porque ya todos los cubanos saben que los seres humanos se traspasan las giardias entre sí con muchísima mayor eficacia de lo que lo haría un  perro a un humano. Sí, los amantes de los animales estamos bastante impotentes ante la indiferencia del Estado con respecto a los animales afectivos y a los caballitos pencos. Los Congresos de Veterinaria y los medicamentos que elaboran  nuestros excelentes profesionales no son para ellos. Recordemos que quien mata ganado vacuno, aunque solo se trate de una vaca íngrima y sola, tiene pena de la Ley en Cuba, pero quienes mantienen perreras particulares donde obligan a los perros a destrozarse para diversión de aberrados tienen impunidad, aunque la ley diga lo contrario. Qué pena que no descendamos de esas razas antiguas de los Andes que entienden de conexión entre el hombre y la naturaleza; qué pena que no nos contemos entre los países civilizados que tienen un Código de Protección Contra el Maltrato Animal. Qué pena, sí, damos pena, y mucha, mucha rabia.

Publicado en el blog http://elsatocubano.blogspot.com

POR UNA LEY QUE CONTEMPLE EL RESPETO A LOS ANIMALES

Por Elsie Carbó
e-mail:grillosazules@gmail.com

Abogar por una Ley que defienda a los animales en Cuba dentro de poco
se va a convertir en un acto extravagante, con tantos congresos,
simposios y eventos que se realizan en este país relacionados con
ellos aunque no solucione el problema de sus derechos, ya habrá quien
diga que estamos a la cabeza en América Latina o el mundo  en la
defensa de estos pobres infelices.

Sin embargo, una cosa es con guitarra y otra es con violín, en ningún
momento hemos dejado de estar de espaldas a lo que verdaderamente
ocurre con los animales a pesar del reciente Congreso de Veterinaria
que a bombo y platillo se publicitó, y es que como dijera Máximo
Gómez, los cubanos o nos pasamos o no llegamos nunca, no sé si la idea
está textual pero en su esencia vale.  Lo cierto es que cuando escuché
el anuncio me pregunté, un congreso con tantos animales sufriendo
abandono y crueldad?, un evento para hablar de veterinaria, que es la
ciencia que se estudia para ayudar a los animales, y ni siquiera
tenemos un mecanismo para educar a la población en la protección
animal?

No es posible dejarlo pasar sin hacer un comentario. Para muchos será
una herejía lo que estoy diciendo, sobre todo los que buscan en la
ciencia la respuesta de todo, porque he comprobado con tristeza cómo
las personas ni miran hacia los animales ni se conmueven con su
sufrimiento, los pueden ver implorando con su mirada por un pedazo de
pan que aún con la posibilidad de ayudarlos pasan de largo o vuelven
la cara. Eso sin mencionar a los que opinan que no hay que auxiliarlos
mientras existan tantos seres humanos viviendo en la miseria y en la
enfermedad, se lo he escuchado decir aún a personas que considero
profesionales inteligentes, como si los animales tuvieran la culpa del
egoísmo de los hombres, o como si socorrer a unos implica quitarle a
otros.

Para no ir más lejos, permítase una vuelta por cualquier pueblo del
interior y mire a su alrededor, si no encuentra perros vagabundos,
caballos de tiro halando más de lo que pueden o deben, propietarios
que los golpean si no suben la cuesta, y un sinnúmero más de
atrocidades que incluya la barbarie de las peleas, tiene el derecho de
escribir a este blog y desmentir mi artículo.

Es en las comunidades o poblados donde más se agudiza este problema de
la insensibilidad hacia los animales, sin exceptuar demasiado a las
urbes con su carga de modernidad y civilización, no olvidar que es en
la capital donde se realizan siempre esos congresos, pero lo cierto es
que en esos sitios olvidados del progreso y la cotidianidad flamante,
se observan mayores cargas de indolencia y superiores concentraciones
de animales sin dueños, abandonados, desprotegidos o acosados. Lo de
las peleas lo tengo que repetir porque cada vez toman más fuerza y ya
constituyen un negocio lucrativo en muchos lugares, y también lo digo
porque están entre los aspectos más oscuros y criminales que padecemos
donde se involucra la violencia y la juventud.

Quisiera escuchar por un día tan solo un comentario contundente sobre
este tema en nuestros medios televisivos. Una denuncia hecha con todos
los hierros, como decimos bien, para que los violadores y
maltratadotes tengan la idea de que no quedaran impunes. En fin, abogo
por una Ley que contemple el respeto a los animales, y en definitiva,
el respeto a nosotros mismos como país.

Acerca de Gina Picart

Soy escritora, periodista especializada en La Habana de la colonia y la república, investigadora, crítica de arte, guionista de cine, radio y televisión, pero este blog se propone combatir el maltrato animal y procurar en Cuba su castigo más severo y radical
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4 respuestas a Maltrato animal en Cuba

  1. Julio Gomez dijo:

    En un reciente viaje a Perú pude ver bellos y bien alimentados perros deambulando por calles y mercados de pueblos pobres, en los que habitan personas que empujan fuerte para echar su país adelante. Aquellos bien cuidados animalitos viven en sitios en los que su buen estado nutricional demuestra que no hay miseria. Qué fuerte contraste con el de La Habana de los 90 en pleno periodo especial por la que deambulaban, sin rumbo, pobres perros famélicos. Julio Gomez

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    • ginapicart dijo:

      Yo vi en el Distrito Federal de México perros callejeros tan grandes, robustos y saludables (y limpios) que hablé de ellos en mi novela La casa del alibi, porque realmente me llenaron de asombro, y nunca los he olvidado. Y también recuerdo a muchos dueños de perros que los sacaban a pasear por la avenida Mazatlán llevando consigo una bolsa y una palita para recoger el excremento que hacían sus animales en la vía pública. Vi perros hermosos en Funchal. El colmo de nuestro espíritu ostentador y ególatra es elegir un perro en atención a que su raza esté de moda, como un símbolo más del estatus social del amo, como una cosa, como un zapato. Tampoco respetamos la ancianidad, ni la deformidad física o mental. Somos salvajes todavía. Es triste, pero es verdad.

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  2. Carlos M. Díaz Almeida dijo:

    Recientemente estamos por terminar de crear un sitio web referido al bienestar animal y todas sus disyuntivas , es una pagina sin animos de lucro y puramente infortamita con el objetivo de crear concientecia activa y sentar las bases a futuras leyes encaminadas al bieneas animal , cualquiera que quiera colaborar con nosotros , SU AYUADA SERA RECIVIDA !!!!!!!!!!!, nos puedes contactar a cmiguel@unah.edu.cu o carlosmiguel53604929@gmail.com , agradeceremos su ayuda. Gracias

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